A través de la aplicación de unos electrodos sobre el cuero cabelludo, el software varía en función del patrón de onda cerebral que deseemos reforzar. Este hecho resulta muy motivante tanto para niños como para adultos, que de forma automática van mejorando el patrón escogido.
La variedad de los juegos supone otra ventaja para que no resulte monótono el entrenamiento. Casi sin darse cuenta el cerebro va amoldándose en la dirección elegida.